Se trata de un plato muy versátil que nos invita a la creatividad, dependiendo de los gustos, de los ingredientes que tengamos, del número de comensales o de la ocasión para la que la vamos a cocinar.
Nos da mucho juego a la hora de prepararla, ya que hay una gran variedad de tipos de paella y se podría decir que no tenemos una única receta de este plato, siempre podemos crear una nueva, dependiendo de la inspiración del momento.
Aclaración: lo de dominguera viene porque en algunos hogares suele ser tradición prepararla el domingo, para reuniones familiares o con amigos, pero sin duda, cualquier día es perfecto para degustar una buena paella casera.
Puede parecernos que la paella sea un plato complicado y en ese caso tendríamos que excluirlo de esta sección de platos fáciles, pero en realidad no tiene ninguna complicación si disponemos en la nevera y despensa de los ingredientes que queramos utilizar. Preparando todos los ingredientes ya lavados y cortados, es un “coser y cantar”.
La que os presento aquí la preparé con una base del sofrito con cebolla, pimiento y tomate, tan valorado en nuestra dieta mediterránea. Además, añadí verduras como las alcachofas, espárragos y champiñones que, combinadas entre sí, aportan una mezcla de sabores que a mí personalmente me gusta mucho. Y como marisco, gambas, almejas y sepia, estos frutos de mar tan ricos y nutritivos. El aceite de oliva virgen extra, el arroz integral y las especias, cúrcuma, pimienta y azafrán en rama.
Para buscar el equilibrio nutricional del plato y que no sobrepasemos las calorías, la clave está en incluir bastante verdura, que sirvamos un plato mediano o pequeño y que lo acompañemos de una ensalada fresca.
