Elisabet Cazorla Cobo 
Dietista-Nutricionista    Nº Colegiada: CAT001970

Elisabet Cazorla Cobo      Dietista-Nutricionista       Nº Colegiada: CAT001970

Nutrición emocional

Alimentos y Emociones

Los apegos alimentarios son hábitos que se han ido adquiriendo casi sin darnos cuenta y que no forman parte de una alimentación adecuada, por tratarse en muchas ocasiones, de alimentos con un exceso de calorías y escaso valor nutricional. Suelen darse fuera de la ingesta de las comidas principales, que nos deberían mantener saciados, pero cuando esto no sucede, el cuerpo nos pide satisfacer un deseo de comida que, aunque nos puede aportar un placer momentáneo, a largo plazo será contraproducente.

En muchas ocasiones, los apegos que se tienen a ciertos alimentos, suelen ser carencias energéticas que pueden provenir, tanto de un aspecto físico, como sería algún déficit de nutrientes, como, que a nivel mental o emocional se haya generado una falta de energía, debido en muchos casos a no saber cómo manejar la gestión de las emociones. Así, en respuesta a la falta de equilibrio, eso que deseamos comer quizás no sea lo que realmente necesitamos.

Se trata de conocer el aporte energético de los alimentos, así como nuestras necesidades de energía, de una forma íntegra, es decir, a nivel físico, mental y emocional. Cuando disponemos de este conocimiento, podemos entender mejor porqué nos atraen ciertos alimentos cuando en realidad deberíamos sentirnos saciados y tranquilos. Esta información nos permitirá pasar a la acción para poner remedio y conseguir el equilibrio de nuestro organismo.

Los alimentos que debemos incluir en las comidas principales son:

Las verduras, que ocuparán la mayor proporción en el plato o en un plato adicional.

La proteína, sin olvidarnos de que las legumbres pertenecen a este grupo.

El cereal integral, un pequeña porción no debe faltar, ya sea en forma de arroz, pasta, fécula o pan.

La carencia de alguno de ellos nos generará deseo de tomar otros alimentos para compensar los efectos de la falta.

Muchos platos de cuchara que incluyen legumbres, verduras y cereal o pan integral, los podemos tomar como ejemplo de esta combinación de nutrientes muy adecuada.

Una carencia de verduras, sobre todo de las dulces como zanahorias, calabaza, cebolla, remolacha…, nos puede producir tener deseos de tomar dulces refinados, pastelería o chocolate, entre otros, además, también es fundamental incluir verduras verdes.

Una carencia de proteínas, puede hacernos desear frutos secos, patatas fritas, queso, galletas, pan, chocolate, bollería o pastelería, etc., de ahí la importancia de no olvidar la porción de proteína en forma de pescado, aves, huevos o legumbres.

Una carencia de cereales integrales nos puede producir una falta de energía y concentración, así como sentir deseo de tomar bollería, galletas, chocolate o añadir azúcar a postres o bebidas, para compensar rápidamente dicha carencia. Esta pequeña proporción de cereal en cada comida nos ayudará a sentirnos más energéticos y centrados.

En el tema de las emociones y las energías que éstas mueven, quiero destacar por un lado los alimentos que producen adrenalina y por otro los alimentos que producen endorfinas

La adrenalina, esa hormona que segregan las glándulas suprarrenales, se libera en relación a un estado emocional de alerta o autoprotección ante un peligro inminente. Por tanto, cuanto no estamos en peligro y se segrega adrenalina a causa de ciertos alimentos, nuestro ser se debilita creando desequilibrio tanto físico como mental.

Por citar algunos de estos alimentos, que podríamos llamar de energía extrema y generan adrenalina, tenemos todas las grasas saturadas, los embutidos, quesos curados, horneados de harina, bollería industrial o alimentos muy salados, que nos podrían conducir a un aumento de peso o algún tipo de tensión.

Por otro lado, están los alimentos como algunas bebidas estimulantes y los azúcares refinados con efectos más evasivos e inflamatorios.

En ambos casos, es mucho mejor tratar de averiguar la raíz de la emoción que nos desencadenó el desear protegernos o evadirnos, que recurrir a alimentos que agravarán más la situación en lugar de ayudarnos.

Las endorfinas, conocidas también como las hormonas de la felicidad, por estar relacionadas con las respuestas emocionales placenteras, son pequeñas proteínas que se producen en la base del cerebro.

La producción de estas endorfinas se puede estimular con la ingesta de alimentos como cereales integrales, pescado, legumbres, frutos secos, semillas o frutas y verduras locales y de temporada. Todos son alimentos que generan una energía estable, sin altibajos energéticos y su consumo regular nos aportará bienestar. También estimula la producción de endorfinas el ejercicio físico, actividades en la naturaleza, la relajación, la música, la lectura, reír, bailar…

En resumen, como ya mencioné en el apartado de carencias de ciertos alimentos, podríamos decir que cuando sentimos deseo de dulce, como azúcares refinados o artificiales, endulzantes concentrados, chocolate, helados o pastelería, puede estar produciéndose una carencia nutricional de cereales integrales, proteína o de verduras dulces como las de raíz y redondas en cocciones largas o cremas.

Y si por el contrario sentimos deseo de salado, como los snacks salados prefabricados artificialmente con aditivos, exceso de sal y grasas, podríamos tener una carencia nutricional de minerales, sal, proteínas o grasas saludables.

Para terminar, diría que la química de los alimentos tiene mucho que ver en relación con las emociones que nos provoca su ingesta (comemos y sentimos) y viceversa, algunas emociones nos llevan a sentir deseo de ciertos alimentos (sentimos y comemos). Además, existen diversas formas de nutrición emocional, en función de las diferentes vibraciones emocionales que nutran a cada persona en concreto.

Nos puede gustar tocar un instrumento, visualizar los amaneceres, pintar, contemplar las estrellas, sea lo que sea debemos practicar estas actividades regularmente, como alimento para nuestras emociones, de la misma forma que alimentamos al cuerpo a diario.

Sugiero mucha constancia, presencia y aceptación, juntos lo conseguiremos!

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